Para contestar esta pregunta deberíamos recurrir a la razón, tendríamos que dejar de lado cualquier tipo de emociones y pensar ¿Qué lleva a una persona a llorar desconsoladamente cuando no obtiene resultados?. ¿Cuáles son los motivos por los que un ser humano puede acercarse a la bestialidad en cuestión de segundos?.¿Pueden convivir pensamiento y emoción en la misma persona, o es que el “fanático” solo puede sentir y se le deja al “hincha” la responsabilidad de reflexionar?, Eduardo Galeano define al fanático como el hincha del manicomio y sostiene que éste fanático también vive en el hincha mas callado.
Se me vuelve retórica la pregunta pero insisto ¿De dónde salió este ejemplar? Ese que llora, ese que se escandaliza invocando a Dios ante cada jugada que considera innecesaria, ese que emite palabras agraviantes a un tipo que se pone una camiseta de otro color (y que el día que el mismo se ponga la de su club lo aplaudirá sin parar), ese que hace posible la presencia de la madre del réferi por más que la pobre mujer este al otro lado del mundo, ese que le dura la pena o la alegría toda una semana, ese que pretende para sí el derecho de insultar, escupir y arrojar cosas a un jugador pero cuando éste le devuelve un grito desde la cancha se siente ultrajado y reclama venganza, ese que puede pasarse todo el partido prendiendo y apagando cigarrillos por que el fin de semana antecesor esa misma repetición de acciones (según su criterio) hicieron que su equipo ganase sobre la hora, ese que deja a su mujer el día de su cumpleaños acompañado por el resto de los familiares y se va a cumplir con el ritual sagrado de la cancha, ese que abandona a su misma madre que lo trajo al mundo en su día para ir a ver un partido de fútbol que no define nada, ese que se pone la pilcha de DT en el medio de la tribuna y dibuja sistemas tácticos con sus manos en el aire expresando su deseo de juego. ¿De dónde salió este ejemplar?
Algunos llegan al mote de “hinchas” por descendencia, si esto no se da pregonan una traición cuando un hijo o nieto se hacen hincha del club rival (tradicional de la familia), también están quienes pertenecen a un club por vivir en determinado barrio o ciudad y las cercanías de una cancha o club inducen a la persona a pertenecer. Las publicidades, programas de televisión, películas y hasta libros les dedican minutos y páginas enteras para mostrar hasta donde el argentino puede llevar su pasión, algunas proponen un paralelo con la manera de sentir el fútbol en otros países y exaltan (en algún punto) las características más particulares de los nuestros. Uno al verlas se emociona, se siente orgulloso, se le llena el alma de pertenencia, hasta llega al conformismo de decir “al menos en esto somos los mejores”. No sé si seremos los mejores, tampoco sé si lo denotado por los distintos medios es motivo de orgullo, sí estoy seguro que somos particulares, tengo la certeza de conocer el pensamiento de fanáticos, hinchas y simpatizantes (si es que se me permite la última categoría), y creo que la manera en que vive, siente y manifiesta la pasión y el amor al fútbol el hincha argentino es singular, es exagerada (a veces) y única; luego de todo esto sigo sin saber ¿De dónde salió este ejemplar?
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