sábado, 16 de octubre de 2010

CON MI VIEJA NO HE!!


Afamada frase utilizada por la mayoría de las personas que lean el artículo en algún momento de sus vidas, frase que se hace bandera al momento que uno siente que se le toca a lo más sagrado que se puede tener, frase que nunca morirá. La madre es la que te lavaba el guardapolvo, la vieja es la que te cura el raspón por andar jugando donde no debes, la vieja es la que te permitía faltar a la escuela los días en que la fiaca abundaba, la vieja es la que te grita para llamarte a la hora de la merienda interrumpiendo tu partido de fútbol o tu juego de muñecas, la vieja es la que te jode todos los días para que te abrigues al salir, la vieja es la que te pide que la llames a cualquier hora si no volvés a tu casa a dormir, la vieja es la que te pide tengas cuidado al cruzar la calle por más que tu calendario marque 30 años, la vieja es la que te espera a almorzar un domingo, la vieja es la que te da asilo cuando te peleaste con tu pareja y ésta te hecha de la casa en la que conviven, la vieja, la vieja, la vieja..

Con mi vieja no he! Nadie sabe porque, o quizás si se sepa pero la respuesta es de carácter científica, la vieja es la que mas tira a la hora de la tonta pregunta ¿A quién querés mas a tu papá o a tu mamá?, nadie sabe porque una palabra de ella es más recordada que cualquier otra cosa, o sí sabemos porque: Porque es tu vieja!. La vieja es la que te obliga a limpiar tu nuevo hogar cuando abandonaste el nido natal, la vieja es la que (mientras te sermonea) te lava los platos sucios apilados de dos noches de pereza, la vieja es, la vieja es, la vieja es. Hay madres de todo tipo, madres solteras, madres casadas, madres modernas, madres conservadoras, madres cancheras, madres “ciuda”; a pesar de esta diversidad hay una cosa que las unifica..el amor; ese amor interminable, ese amor incondicional, ese amor a prueba de todo, ese amor, ese amor, ese amor….

Con mi vieja no he! Madre no es solamente quien trae un hijo al mundo, hace falta muchos requisitos mas para poder ser MADRE, hace falta paciencia, hace falta cuidado, hace falta conciencia, hace falta.., hace falta.., hace falta.. sólo ellas saben que es lo que hace falta. Se han hecho canciones, se han hecho poemas, se han llenado páginas y páginas de libros, horas y horas de televisión, se las pone en publicidades, se las escribe con tinta de amor en la piel, se las nombra en camisetas, se las recuerda en banderas, a pesar de todo esto jamás podremos devolverle ni un cuarto de lo que nos han dado así lo intentemos todos los días.

Con mi vieja no he! Esa frase que impone respeto, esa frase que denota y deja ver que estás dispuesto a dar tu vida, por mas que ella no te lo pida, para que la respeten, sabiendo lo que defendes y sin que te importen las consecuencias. El famoso Complejo de Edipo podría explicar muchas de las maneras en que reaccionamos cuando alguien se atreve a meterse con la vieja, también el amigo Freud podría hacerlo… en este foro no los necesitamos, dejemos la psicología para otro momento.

Cuando empecé la nota tenía ganas de escribir a cerca de la estupidez que ronda por estos días a cerca del próximo Censo Nacional, al ver que nada venía a mi cabeza fue mi vieja la que apareció para desviar el texto y hacer otra cosa, a pesar de esto digo, repito e insisto CON MI VIEJA NO HE!.





viernes, 24 de septiembre de 2010

¿De donde salio este ejemplar?

Por Nicolas Bengoa




Para contestar esta pregunta deberíamos recurrir a la razón, tendríamos que dejar de lado cualquier tipo de emociones y pensar ¿Qué lleva a una persona a llorar desconsoladamente cuando no obtiene resultados?. ¿Cuáles son los motivos por los que un ser humano puede acercarse a la bestialidad en cuestión de segundos?.¿Pueden convivir pensamiento y emoción en la misma persona, o es que el “fanático” solo puede sentir y se le deja al “hincha” la responsabilidad de reflexionar?, Eduardo Galeano define al fanático como el hincha del manicomio y sostiene que éste fanático también vive en el hincha mas callado.

Se me vuelve retórica la pregunta pero insisto ¿De dónde salió este ejemplar? Ese que llora, ese que se escandaliza invocando a Dios ante cada jugada que considera innecesaria, ese que emite palabras agraviantes a un tipo que se pone una camiseta de otro color (y que el día que el mismo se ponga la de su club lo aplaudirá sin parar), ese que hace posible la presencia de la madre del réferi por más que la pobre mujer este al otro lado del mundo, ese que le dura la pena o la alegría toda una semana, ese que pretende para sí el derecho de insultar, escupir y arrojar cosas a un jugador pero cuando éste le devuelve un grito desde la cancha se siente ultrajado y reclama venganza, ese que puede pasarse todo el partido prendiendo y apagando cigarrillos por que el fin de semana antecesor esa misma repetición de acciones (según su criterio) hicieron que su equipo ganase sobre la hora, ese que deja a su mujer el día de su cumpleaños acompañado por el resto de los familiares y se va a cumplir con el ritual sagrado de la cancha, ese que abandona a su misma madre que lo trajo al mundo en su día para ir a ver un partido de fútbol que no define nada, ese que se pone la pilcha de DT en el medio de la tribuna y dibuja sistemas tácticos con sus manos en el aire expresando su deseo de juego. ¿De dónde salió este ejemplar?

Algunos llegan al mote de “hinchas” por descendencia, si esto no se da pregonan una traición cuando un hijo o nieto se hacen hincha del club rival (tradicional de la familia), también están quienes pertenecen a un club por vivir en determinado barrio o ciudad y las cercanías de una cancha o club inducen a la persona a pertenecer. Las publicidades, programas de televisión, películas y hasta libros les dedican minutos y páginas enteras para mostrar hasta donde el argentino puede llevar su pasión, algunas proponen un paralelo con la manera de sentir el fútbol en otros países y exaltan (en algún punto) las características más particulares de los nuestros. Uno al verlas se emociona, se siente orgulloso, se le llena el alma de pertenencia, hasta llega al conformismo de decir “al menos en esto somos los mejores”. No sé si seremos los mejores, tampoco sé si lo denotado por los distintos medios es motivo de orgullo, sí estoy seguro que somos particulares, tengo la certeza de conocer el pensamiento de fanáticos, hinchas y simpatizantes (si es que se me permite la última categoría), y creo que la manera en que vive, siente y manifiesta la pasión y el amor al fútbol el hincha argentino es singular, es exagerada (a veces) y única; luego de todo esto sigo sin saber ¿De dónde salió este ejemplar?

Ya salio el Nº dos de la Revista

A donde vas
noticias que no salen a caminar
ya tiene caminando su segundo ejemplar, buscalo
A solo $ 2

Volvieron los estudiantes

Por Nicolas Bengoa




No de un viaje de egresados, no de las vacaciones de verano, no de un campamento primaveral; volvieron los estudiantes a recuperar la identidad, volvieron los estudiantes a pelear por sus derechos, volvieron de la desidia, volvieron del exilio del desinterés, volvieron los estudiantes a participar de manera activa en la vida política de nuestra sociedad. A quienes vivimos nuestro trayecto estudiantil en la década del 90 esto nos genera envidia, nosotros estuvimos dormidos, nosotros sólo queríamos terminar el día de clases e irnos a casa a pasarla frente al televisor o consumiendo el 1 a 1 del menemato, nuestros intereses en la jornada estudiantil pasaban por no estudiar, por ver como zafábamos de las materias, por no ir a la escuela (porque nos parecía aburrido), si la institución escolar tenía un problema éste era de ella y no nuestro, si los profesores se quejaban por el sueldo y hacían paro nosotros estábamos contentos de no tener que ir a clases, si faltaban bancos nos sentábamos en el fondo del aula en el piso total “charlas con el de al lado no te ve el profe y zafás de tener que atender”, si no había agua en el baño te mandaban a tu casa y contento con sonrisa pícara le decías a tu vieja, cuando te preguntaba “porque volviste tan temprano”, “no había agua, mejor tengo la tarde libre”.



Visto todo esto a la distancia, después de haber crecido y razonar esos lejanos momentos, y haciendo una retrospección, creo que mi adolescencia (y la de muchos como yo) estuvo llena de nada, creo que el interés por lo superficial inundó esa etapa de muchas vidas, la “necesidad” de salir un fin de semana, las ganas de encontrarte a hablar de “cosas” con amigos, el amor adolescente teñido de banalidades, fueron (entre otras) algunas de las características de una juventud que nació, vivió y muró en la nada misma. Después de ver a estos chicos que hoy toman escuelas reclamando, de manera justa, que la institución no se caiga a pedazos, pidiendo las condiciones mínimas para poder estudiar, exigiendo a las autoridades un comedor estudiantil, me invade una envidia sana (si es que existe tal cosa). Creo que uno de los mayores logros de la dictadura militar fue el aniquilamiento de la militancia en la juventud. A través de un genocidio descarnado los militares de los ´70 terminaron con la posibilidad de ver a jóvenes reclamando por sus derechos, estos militares le quitaron al país lo más sano que este puede tener: participación de jóvenes y adolescentes que se interesan por la situación coyuntural del país, la participación de los jóvenes en actos o movimientos políticos, participación, participación y más participación; interés, interés y más interés.

Hoy en un nuevo aniversario de la llamada “Noche de los Lápices”, volví a ver esa pasión, volví a observar la fuerza de los chicos de los ´70 en estos pibes que los recuerdan a aquellos para que eso no pase nuevamente, pude ver cómo chicos de 17 años saben que fue la noche de los lápices, conocen causas, motivos, consecuencias y todo lo que rodeó ese momento histórico, tienen idea de que se les habla cuando se menciona la AAA (y no como se vio en un informe televisivo donde penosamente dos adolescentes rebosaban de ignorancia cuando se les preguntaba que era la AAA y la respuesta era: UNA VACUNA), saben quiénes fueron los gestores del genocidio y saben de qué hablan cuando hablan de Dictadura .

Antes de concluir con este breve pero sentido escrito quiero preguntar (ya que me toca de cerca), ¿Qué papel jugaron los medios de comunicación en la ausencia de juventud militante de los 90?. ¿Qué papel juegan hoy los medios de comunicación en esta activa juventud militante? ¿Qué cambió en nuestra sociedad?¿Por qué hoy si tenemos chicos participando de centro de estudiantes, de organizaciones políticas y hace 10 años eso no existía?, las respuestas a estas preguntas no las encuentro en mí mismo, tampoco espero que me caigan del cielo, tendré que buscarlas en una revisión de la sociedad, la política, la economía, tendré que contemplar todo junto, tendré que preguntarle a mi generación ¿qué nos pasó?, lo que si tengo cierto es el regocijo que me produce ver que los estudiantes volvieron.

jueves, 24 de junio de 2010

Lo imposible solo tarda un poco más

Por Eduardo Toniolli


El jueves 15 de abril, a más de siete meses de su inicio, finalizó en los Tribunales

Federales de nuestra ciudad el juicio oral de la causa “Guerrieri Amelong”, en la que

se juzgó a cinco de los responsables materiales de los crímenes de lesa humanidad producidos en la zona de Rosario durante la vigencia de la última dictadura cívico militar en nuestro país


La culminación de un largo proceso judicial -que llevó casi tres décadas -, amén de un fallo contundente, aporta elementos que arrojan luz sobre nuestra historia reciente,

develando el compromiso de diversos factores de poder a la hora de garantizar la impunidad de aquellos que hoy recorren los estrados en carácter de imputados.

No casualmente el reo Juan Daniel Amelong hizo públicas -en las instancias finales del proceso judicial – las especulaciones que movilizan las esperanzas de los represores condenados: un eventual cambio de signo político en la conducción del Poder Ejecutivo Nacional podría granjearles una amnistía que les habilite terminar sus días en la

comodidad de sus hogares.

Las declaraciones del citado denunciando el carácter “político” de los procesos

judiciales en marcha, y sus constantes referencias a una supuesta “mano oculta” del Gobierno Nacional movilizándolas, además de dar cuenta de la centralidad de las políticas de Estado trazadas en la materia desde el año 2003 en adelante a la hora de avanzar en el camino de la Justicia, no hacen más que caracterizar – por contraste

-la escasa voluntad evidenciada por los diversos gobiernos constitucionales que

antecedieron al de Néstor Kirchner a la hora de quebrar las líneas de continuidad entre dictadura y democracia.

Luego de algunos avances en la materia, la rendición final del alfosinismo a mediados de la década de los ‘80, sólo dejó en pie su vocación por recusar y - vale recordar - en algunos casos penalizar, aquellas tradiciones de lucha que habían osado sobrevivir a los centros clandestinos de detención; quizás porque su sola pervivencia en el imaginario

colectivo de amplios sectores de la población, podía impugnar la idea de que la estabilidad institucional sólo era posible mediante la adopción de un republicanismo chirle y servil con aquellos poderes fácticos que - a lo largo de la historia argentina - habían enunciado su adhesión incondicional a la democracia o la república, mientras éstas no se convirtieran en obstáculo para sostener sus tasas de ganancias.


Sumado a ello, la misma década mostró a un peronismo oficial sin vocación para recordar a sus caídos y, más aún, movilizado por un macartismo militante hacia los sobrevivientes, evidencia viva – valga la redundancia – de un mandato histórico - ser revolucionario o no ser - cuyo planifcado olvido habría de galvanizar el camino hacia la traición del menemato.

Como contrapunto, vale señalar que el proceso político abierto en el año 2003 dio muestras de avanzar - en éste como en otros aspectos – dejando atrás la aceptación acrítica de los dictados del poder económico concentrado como política de Estado.

En ese avance inscribimos la política de Derechos Humanos de las dos últimas gestiones presidenciales: lo que para algunos eternos comentaristas del quehacer ajeno, es expresión de una polítíca de cooptación y domesticación de las reivindicaciones

de un colectivo de organizaciones y personalidades abocadas a dar visibilidad a un reclamo histórico, para quien esto escribe, no es más que una deseable

dinámica de re-articulación entre demandas sociales y sistema político, instancias disociadas a partir de la vigencia – durante la plena vigencia del neoliberalismo - de determinado paradigma de gestión de lo público, en el que la idea de “gobernabilidad” no era más que un eufemismo orientado a justificar el respeto a la voluntad omnímoda del etablishment.

Esta dinámica abierta a partir del proceso político iniciado hacia el año 2003 - acaso inspirada por el fantasma de las jornadas de diciembre de 2001 -, confirma el aserto señalado en su momento por un pensador nacional de la talla de Raúl Scalabrini Ortiz: “Los gobiernos no pueden realizar sino aquello que los pueblos saben pedir con autoridad y con firmeza.

De esa firmeza dependerá que no prosperen las propuestas amnistiantes enunciadas por cierta dirigencia política, mandadera de aquellos que exigen “no mirar más al pasado”, movilizados, más que por la suerte de septuagenarios represores, por resguardar el velo que la democracia recuperada mantuvo sobre relaciones de poder gestadas al calor de

gobiernos de facto que - sostenidos por la voluntad convergente de sectores concentrados de la economía nacional e internacional - se empeñaron en transformar radicalmente la estructura económica y social de nuestro país, y reformular profundamente el rol del Estado.

Una mirada atenta sobre aquel pasado reciente, permitiría dar cuenta – por ejemplo – de las razones de la continuidad de más de un magistrado en su privilegiada poltrona obtenida tras jurar por los estatutos del Proceso de Reorganización Nacional, o del lugar de preeminencia de determinado grupo empresario en el mercado de las comunicaciones, a partir de las maniobras criminales que culminaron con la apropiación de Papel Prensa.

Quien juzgue excesiva – por conspirativa - esta lectura, puede remontarse a la madrugada del 8 de octubre de 1984, cuando se produjo en nuestra ciudad un escandaloso robo a los Tribunales Provinciales, en el que se sustrajeron documentos y

pruebas obtenidas por medio de allanamientos realizados por la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP) y por el Francisco Martinez Fermoselle: los archivos en cuestión daban cuenta, tanto de las identidades de quienes habían integrado los servicios de inteligencia del Ejército y otras fuerzas de seguridad durante la dictadura, como del rol jugado por grupos empresarios de la región en el financiamiento de la represión

miércoles, 23 de junio de 2010

Vamos Argentina


Todos los que hacemos Adonde vas? Revista creemos que el equipo argentino traera la copa
por eso te dejamos las mejores imagenes de la primer ronda










LIFSCHITZ TE ESCUCHA

Por Lucila De Ponti


¿Qué pasa con el boleto de colectivo en la ciudad de Rosario que costaba 0, 75 centavos en 2004, y ha aumentado vertiginosamente desde entonces? Y que peor aún,los concejales socialistas hicieron todo lo humanamente posible para poder aumentarlo pocos días atrás. Tenemos el orgullo de habernos convertido en la ciudad con el boleto más caro de toda la Argentina. No solo eso, el boleto más caro de todo el país que no tiene descuento ni para los trabajadores ni para los estudiantes universitarios. Así están las cosas por Rosario, la mejor ciudad para vivir (?).

El intendente dice que la plata no alcanza, que existe un atraso tarifario y que, como siempre, hay que saldarlo con un aumento directo sobre el bolsillo de los usuarios.

Frente a todo esto nos surgen algunas preguntas:

Si el sistema de transporte público de la ciudad es caracterizado como deficitario al menos desde 2004, ¿Por qué la única solución que tiene la gestión municipal frente a esto es aumentar el boleto? Generando que año tras año, los que utilizamos el transporte

Público debamos ver incrementado el costo de este servicio que debería ser un derecho para todos, no un privilegio.

¿Por qué nunca se plantearon una revisión seria del sistema de transporte, que permita hacer foco también en las ganancias empresariales y en el manejo administrativo, buscando otra solución frente al déficit de las empresas



El intendente también dice que se debe reclamar por un aumento de los subsidios nacionales y provinciales. Actualmente la Nación otorga un subsidio al transporte público de la ciudad de Rosario que representa un 25% del presupuesto, ¿y la provincia? No sabe, no contesta. Frente a esto también nos preguntamos: ¿Por qué la municipalidad de Rosario no pide subsidios al gobernador para financiar el transporte público? Parece que el gobernador tampoco puede garantizar que los colectivos en Rosario funcionen sin tener que pagar $2 el boleto. Pero nos parece un poco raro que al gobernador Binner (a quien tampoco le alcanza el presupuesto para pagar los sueldos y por esto se ve obligado a aumentar los impuestos) sí le sobra parte del erario público para ayudar a los pobres compañeros del Grupo Clarín y de La Nación para que puedan realizar la Expoagro de 2008 y de 2010, subsidiándolos con la modesta suma de 5 millones cada año.

También nos parece un poco extraño que el intendente tenga siempre problemas presupuestarios cuando se trata del transporte público, o de pagar salarios, o del sistema sanitario, de los centros de salud, de promoción social, etc., porque no suele tener los mismos problemas para vender tierras fiscales a los dueños de Puerto Norte, de Ciudad Ribera, o para que hagan el Puerto de la Música y los Shopping, todas iniciativas que mejoran sustancialmente la vida de los rosarinos, aunque no nos demos cuenta. Será que para el intendente siempre es más fácil acordar con sus amigos los empresarios, que aumentarles los impuestos a los que más tienen para poder solventar las necesidades de aquellos que más lo necesitan.


Se nos ocurre pensar que las soluciones que encuentra el municipio frente a las problemáticas de los diferentes servicios públicos o las cuestiones relativas al vínculo de la sociedad con el Estado, siempre son las respuestas fáciles. Es decir, a justar sobre los impuestos o costos del “consumidor”, es decir nosotros, los rosarinos, los trabajadores quienes siempre afrontamos con nuestro bolsillo problemas que no necesariamente nos implican en sus causas. Pensando en esto nos quedan claras dos cuestiones que nos parecen fundamentales; un primer problema surge de la concepción que tiene el municipio del ciudadano como consumidor. Tanto el transporte público como otros servicios no son un bien que debamos adquirir, sino que constituyen un derecho que debe estar garantizado de forma igualitaria para todos, no solo para quienes

puedan costearlo. Y un segundo problema es que la única respuesta de la Municipalidad frente a los problemas presupuestarios es aumentar los impuestos o tarifas, constituyendo políticas excluyentes y fragmentadoras. Esto nos parece lo más grave viniendo de una gestión que se dice socialista y que en los papeles representa y defiende los derechos de todos y todas, pero que en los hechos la historia es otra y parece que todos y todas son cada vez menos y viven entre los Boulevares.

La juventud en el seno del proyecto nacional

Por Sebastian Sanchez


Si hablamos de cuál es el rol de la juventud en la actividad política y si queremos pensarnos como sujetos políticos transformadores, debemos vaciarnos de las nociones noventistas que indefectiblemente nos atraviesan y despolitizan. Como ejercicio, propongo revisar los anaqueles de la historia y anclarnos en la generación de los 70. De ah remontarnos a la instalación (no origen) de las reivindicaciones que ellos enarbolaban como apotemas de la construcción de un proyecto nacional y luego, sumergirnos en un terreno un tanto más complejo, el de poder identificar aquellos factores que caracterizaron la solidez y efervescencia de las convicciones políticas y sociales que supieron poner en jaque al poder hegemónico que negaba al pueblo y a la Nación.

A partir de 1945 se desarrolla la construcción del más claro proyecto nacional, gestado desde el poder y sustentado por las mayorías. Des-gastado por los poderes económicos y los intereses extranjeros fue despojarlo de la conducción nacional con un golpe de estado en 1955. Tras 16 años de reacción de esa clase hegemónica que se resistía a reconocer que una estrategia política lo había acorralado, cedió a la fuer-za histórico-política su desarrollo tardío, su potencial transformador: El movimiento peronista se instala por sobre todo como un eje político-cultural en el pueblo proscripto. Cuestiona subterráneamente el orden establecido, con una defnida perspectiva histórica de resistencia, y a la vez se abre como el fomento de las reivindicaciones políticas de las nuevas generaciones estigmatizadas por los sucesivos golpes de esta-do y por la reordenamiento hegemónico mundial de los imperios dominantes y sus respectivas resistencias.

El recuerdo activo de las realizaciones de justicia social y afrmación nacional labrado en la etapa 1945-1955 que sustentara la histórica resistencia popular contra los regimenes de la dependencia, confuyó con una multitudinaria

juventud, propugnando el retorno de Perón y la puesta en marcha de un ideario de liberación nacional y social.

Las movilizaciones y tomas de barrios se dieron a lo largo del país. Ahora bien, el estudiantado nunca fue vanguardia ni encabezó ninguna revolución, en el mejor de los casos acompañó, pero nunca encabezó una revuelta. Según la Antropóloga (UNR) Silvia Bianchi, la universidad hasta el año 66 vivía en una isla democrática de cristal. La conciencia universitaria comienza realmente a pensarse dentro de un contexto de país gracias a Onganía.

A partir de la represión del dictador los jóvenes universitarios se encuentran con el sujeto popular que hasta ese momento era pensado en términos del obrero ingles o de las contradicciones de las relaciones de producción de la Europa capitalista. El sujeto real de carne y hueso que iba junto con ellos a las marchas y que era peronista. Su identidad era clara y lo que estaba haciendo era algo que tenía claro y básicamente tenia que ver con el retorno de Perón.

En ese momento la universidad se da cuenta de que vivían en una nube alejada de los verdaderos confictos. “En ese momento irrumpe el proceso político y social que se estaba dando por afuera y era de alta confictividad y de alta combatividad del movimiento obrero y de la resistencia peronista” explica la licenciada.

Siguiendo a Bianchi, esta coyuntura “produce un aceleramiento del proceso universitario y de la participación masiva del estudiantado con esta primera vez que se da cuenta que su lucha, su manera de pensar la sociedad y un proyecto de transformación tiene que ver con el movimiento obrero”

La transmisión política estratégica de la resistencia, la pertenecía cultural, la universidad “realmente” politizada, los referentes barriales activando en territorio: generación de los 70. Esta juventud entendía que en la palabra “pueblo” yacía la usina de conocimiento de donde extraer las reivindicaciones que conformen un proyecto popular y los intereses de la nación, es decir, un proyecto nacional que los integra como sujetos necesarios para la transformación. Pueblo, en el imaginario de los jóvenes, es una idea superadora a la de comunidad y a la de sociedad. Remite a una “comunidad politizada” atravesada por los intereses económicos, subjetivada por la conciencia de los colectivos populares mayoritarios y templada por los espasmos históricos.

Momento bisagra: en el año 73 se da el despliegue movimentista, la irrupción de los militantes universitarios en territorio y la articulación con los dirigentes barriales. Este proceso es la defnición de un pueblo categórico que da respuestas a una clase de poder hegemónico. Tomar un barrio en este contexto expresaba acciones políticas concretas movidos
por una “voluntad” cultural identitaria superior que resplandecía en pleno pasaje de generación a generación irrumpiendo como emergente político en el momento en que se da el cambio de aceleración o eclosión de los procesos políticos truncos (sucesivos golpes de estados, proscripción de las mayorías, clandestinidad política, etc) para engendrar nuevas formas y modalidades políticas como fruto de esa misma raíz confictuada y apasionada.
Según señala Bianchi la espontaneidad es una experiencia teórica que ya tiene el barrio. Es la transmisión oral de padre a hijo. El estudiante no tiene esa experiencia ni esa claridad. Esta como empezando a mirar recién que es este país real, este proyecto.
Empieza una experiencia muy primaria. “Hacer una asamblea en la universidad es una cosa. Ahora, empezar a pensar que la universidad tiene que estar al servicio del movimiento obrero eso recién se empieza a hacer”.
En el militante barrial la acción política es concreta y “cierta” en la medida que
directamente se ejecuta en el plano de la transformación social, actuando directamente sobre el emergente social no tiene agua, colocamos el agua – Predomina la praxis. En este sujeto hay una pertenencia simbólica de lo cultural que le permite reaccionar desde el “nosotros” (ej: trabajadores, pobres, peronistas) en relación a lo establecido (ej: patrón, miseria, dictadura).
Por eso señala Casullo “las masas proponen su existencia política y a partir de esto
manifestan, superan y alteran sus contenidos culturales de resistencia, cuestionando y alternando las formas de lucha”. Siguiendo a Cook “la clase trabajadora atravesada por las reformas peronistas (1945-1955) no tendrán instrumental teórico ni recetas intelectuales que suplanten lo que genera el pueblo desde sus expectativas”. Cook habla de la emergencia de dirigentes desde el seno de la política del Movimiento
Nacional, de su relación mas con las bases que con el “exitismo político” que caracterizaron a las organizaciones políticas de los años noventa.La juventud tiene que buscar la relación con el conjunto popular, distanciándose del mito de la certeza ideológica-teórica de la vanguardia iluminada tanto como de los tecnócratas y politiqueros que se enquistan en el chillón arte de la dialéctica discursiva.
Debemos pegar latigazos de realidad a los discursos, forzar las categorías políticas al chispazo que hacen cuando entran en contacto con los contextos mas crudos. Dejar el (necesario) pragmatismo a los que están más viejos y hacerse dueños de la praxis.
Seamos la juventud alegre de la que hablaba Jauretche, que sepa leer y delimitar el campo nacional y popular. Sumergirnos en él. En los poros y recovecos de las atrocidades
neoliberales y los resabios menemistas, para enquistarnos como eje y motor de la construcción del Proyecto Nacional en este momento histórico que rige el pulso de America Latina.